Al final después de un año pude por fin estrenar la furgo. Fue muy duro convencer a mi mujer, acostumbrada a las comodidades de la caravana, pero al final lo conseguí. El sitio escogido fue el mismo que cuando estrenamos la caravana: El Camping Playa paraiso.
Después de una mañana de sábado estresante y llena de lluvia, me decidí a vaciar la furgo que hasta entonces había usado de trastero.
Es demasiado tentador tener en la puerta de casa un “almacén movil”. Para los que no tenemos trastero se convierte en una solución ideal para todo aquello que nos sobra por casa: los carritos de paseo que ya no usamos, esos bidones de aceite que siempre llevamos dando vueltas por el maletero, herramientas que apenas se usan, sillas y mesas de playa, sombrillas, el avance de la caravana.. etc etc.
Lo pasé todo al coche y de allí me fui al bungalow de mis padres directo al garaje. Fui silencioso como un ninja, ya que a mi madre no le hace demasiada gracia que le lleve trastos.
Una vez despejada la furgo, tocaba equiparla y en verano no hay mejor amigo para el campista que una pérgola plegable.
Como ya llevo tres rotas en cinco años, me decidí por una pérgola plegable un poco más pequeña de lo normal (2.40 x 2.40) esperando que sea más robusta que las clásicas de 3×3 que siempre vencen por los laterales.
A las seis y media del sábado llegué a casa y le rogué a mi mujer que nos fuésemos de camping. Un aquí te pillo aquí te mato versión campista. Lllamadita para ver si había parcelas libres y en tres cuartos de hora ya salíamos hacia el camping.
Las ventajas de una furgo.
La primera diferencia con la caravana fue poder cargar la furgo en la puerta de casa. En un plis ya la teníamos equipada con todo lo necesario, en su mayoría ropa y comida.
La segunda diferencia fue no tener que ir al parking de caravanas a buscarla, pues siempre la tengo aparcada en la puerta de casa, Más cómodo imposible.
La tercera diferencia con la caravana fue la velocidad. Nuestro conjunto de coche y caravana sufre en las cuestas y apenas pasa de los 60-70 km por hora. Con la furgo íbamos casi como con el coche.
A las 20.00 horas en punto, Una hora y media después de haber decidido irnos ya estábamos en el Camping Playa Paraíso, a unos veinte kilómetros de casa. Increíble.
Una vez allí y como sabíamos que esta vez iba a ser rápido montar el chiringuito nos permitimos visitar todas las parcelas libres, que todo sea dicho tampoco eran muchas.
Cuando venimos con la caravana valoramos mucho el acceso de la parcela. Una parcela en pendiente o con poco espacio para maniobrar puede ser un fastidio. Con la furgo eso no pasa. Otro punto a su favor.
Una vez escogida la parcela en diez minutos ya teníamos la furgo aparcada y la pérgola y las sillas colocadas.
Sin empujar, bajar patas ni nivelar. Ya se porqué los abuelos siempre llevan camper o autocaravana. Fue llegar y besar el santo.
Como aún era de día, decidí darme un paseo hasta un pequeño supermercado cercano al camping para comprar la cena, que esa noche consistió en tortilla de patatas y salchichas de frankfurt con ensalada.
Todo se conservó magnificamente bien en la nevera de compresor que llevamos. Se puede ver al pie de la fotografia de abajo, justo enfrente del armario artesanal que construí con un par de muebles del Leroy Merlin y algunos que tenía por casa.
Arriba llevamos la comida, platos y vasos y la ropa en el armario y cajones de abajo.
Me falta algo para no tener que retirar lo de arriba del cajón cada vez que nos movemos…
La noche.
Después de un día ajetreado llegó el momento crítico: nuestra primera noche durmiendo en la furgo. Para las niñas había preparado una cama plegable para acoplarla al asiento trasero.
La cama consiste en una base de madera DM plegable con cuatro patas en un lado. En el otro extremo se apoya en el asiento trasero. Cuatro cojines de gomaespuma hicieron las veces de colchón. La prueba salió muy bien y las crías durmieron a pierna suelta toda la noche.
Esta es la cama vista desde abajo. Solo le puse tres patas.
Aquí con la sabana puesta. La cama mide 1.80 x 80 centímetros.
Primeros inconvenientes de la furgo…problemas para dormir.
Aquella noche dormimos a lo ancho de la furgo, con apenas 1.70 metros para estirarnos.
Afortunadamente no mido mucho más pero siempre estiro las piernas al dormir. Y no pude hacerlo en toda la noche. Aquello fue bastante incómodo. Supongo que será cuestión de acostumbrarse o de cambiar la orientación mediante algún acople para la cama.
Además olvidé tapar las ventanas del portón trasero y la luz de las farolas atravesaba con facilidad los cristales tintados. Por no despertar al personal aguante la molesta luz toda la noche, mientras sentía como entraba el fresquito por las rendijas del portón. Para terminar de rematarlo nos faltaban mantas y me tuve que tapar con una toalla.
Esa noche si que eché de menos mi caravana bien aislada y amplia, con mi edredón nórdico y mis oscurecedores y cortinas.
Nada que no se pueda solucionar en próximas salidas.
Paseo nocturno a los aseos.
Por la mañana me levante entumecido. Si bien tengo un WC Químico recién comprado, aun no lo tenía preparado porque pensaba que no me haría falta al ir a un camping. Craso error. Una de las veces que me desperté por la noche debido al frio y a la luz me entraron ganas de orinar y tuve que darme un gélido y desagradable paseo a visitar al señor Roca.
Chicos.. si vais en tienda o cámper y no tenéis un WC Químico.. comprároslo ya !!! Son baratos y hacen su papel.
Al día siguiente
A pesar de que pensábamos que el calor y la luz nos levantarían temprano afortunadamente no fue así y amanecimos a las nueve y media.
El aislamiento de la furgo hizo bien su papel y a pesar de ser un dia soleado apenas hacía calor cuando nos levantamos.
Después, un desayuno a base de tostadas y café del bar (si.. olvidamos traer la cafetera) nos permitió probar el camping gas. Salieron unas tostadas perfectas en la sartén.
Después de desayunar llevamos a las niñas a una actividad de manualidades organizada por el Camping. Después de varios años los señores del Camping Playa Paraiso al final se han dado cuenta de que no todos los clientes son extranjeros y que tienen que ofrecer servicios para los más pequeños. Más vale tarde que nunca.
Para aprovechar el rato de tranquilidad que teníamos por delante mi señora y yo echamos una divertida partida al dominó, juego que tiene mas “chicha” de lo que parece. Me costó pillarle el truco pero al final le gané por la mínima. La suerte del principiante vamos.
Luego piscina para las niñas y comida china en el nuevo restaurante que han abierto enfrente del camping, para luego pasar el resto de la tarde paseando. Otra de las ventajas de la furgo es que al llevar menos trastos recoges enseguida y eso te da más tiempo el día de la salida.
Un par de anécdotas…
La primera fue que vimos una caravana en venta con su parcela vallada, sus plantas y su suelo enmoquetado. La tentación de comprarla fue y es grande pero no se si aun estamos preparados para dar el salto a ser “fijos”.
La segunda fue ver a unos inspectores de ACSI en plena faena.
A media mañana del domingo un coche con matricula holandesa llegó al camping y de el se bajaron un señor y una señora con una acreditación al cuello. Hablaron con la chica de recepción y se dieron un paseo por el camping con una libreta en la mano.
La tarjeta ACSI permite pernoctar por bajo precio en más de 3000 campings seleccionados de toda Europa. Estos señores los inspeccionan para que reúnan un mínimo de calidad. Se compra por Internet, hay que comprarla cada año y nos viene junto con ella una guía con mapas y una breve reseña de los campings en los que se admite.
Y esa fue nuestra crónica de la primera salida con la furgo. Espero que os haya gustado. Y vosotros.. ¿sois de furgo o de caravana?
Alejandro Llanes
En lo personal siempre he pensado que tener viajes en caravana es mas comodo, sin embargo viajar en una furgo me ha hecho gastar menos gasolina y asi poder gastar mas dinero en accesorios de camping 😉