Como sabéis, después de mucho buscar, hace un par de meses compré una furgoneta. Fue a finales de Julio, y llevo cerca de dos meses preparándola para poder viajar. Aún queda bastante, pero ya he conseguido tenerla casi lista a base de cometer errores y más errores.
Cuando me planteé comprar una furgo y camperizarla yo mismo, pensaba que todo sería mucho más sencillo. Me equivoqué. “Quiero algo sencillo y barato” “No quiero complicarme la vida”. Ahora lo pienso y me río. No complicarse la vida es imposible cuando algo te gusta y quieres mejorarlo sin fin.
Me costó bastante encontrar la furgo ideal. Tenia que ser grande como para poder dormir cuatro personas sin tener que hacer demasiadas historias, debía contar con aire acondicionado para poder viajar en verano, no podría ser demasiado vieja para no pasarme el día en el taller y por supuesto tenía que ser económica. ¿Difícil verdad?
Al final encontré algo que me podía servir y en la puerta de casa. Y me puse a camperizarla.
Primer error. No recomiendo a nadie hacer una camperización en Agosto y menos por la zona de Alicante. Pocas veces he sudado tanto tanto. Era subir a la furgo y entrar en una sauna.
Lo primero que hice fue hacer planos y esquemas. Revisar el foro de culto (www.furgowv.com) y leer cientos y cientos de hilos. La gran mayoría mostraban verdaderas obras de arte. Gente que se tiraba meses, incluso años camperizando su furgoneta.
En el foro vi trabajos de ingeniería que no tenían nada que envidiar a ningún mecánico profesional. Pero yo no quería eso. Yo quería empezar a disfrutarla cuanto antes y complicarme poco la vida. ¿Podría tenerla lista en un mes?
Me decidí por algo sencillo. Aislaría la furgo, cubriría el suelo y fabricaría dos baúles en la parte trasera que se harían cama. Delante haría un mueble para ropa y comida, y una cama para los asientos delanteros. Aquello parecía muy fácil. Luego no lo sería tanto.
Primer problema: El seguro.
Parece algo obvio pero no lo es tanto. No todas las compañías aseguran vehículos industriales, y muchas de las que lo hacen cobran un precio desorbitado. Si si. Has leído bien. A pesar de que nosotros queremos usar la furgo para uso particular y hacer viajes, en la ficha técnica mi furgoneta es un vehículo mixto adaptable (carga y pasajeros). Y las compañías suponen que vas a usarlo para trabajar aunque digas que no.
Después de hacer una extensa batida por aseguradoras y ver como la mayoría directamente me rechazaban como cliente (algo que te deja perplejo) encontré unas pocas que si me podían asegurar. La diferencia de precio fue abismal entre la más cara y la más barata. La más económica (Mapfre) rondaba los 410 euros anuales (sin lunas, robo e incendio) y la más cara cerca de 900 (Genesis).
Obviamente cogí la primera, que curiosamente es la misma compañía que ya tenía asegurado el vehículo. Tal vez por eso la admitieron y ofrecieron un precio tan económico. Consejo del día, cuando compréis la furgo probad a pedir precio en la misma compañía que la tiene asegurada.
El problema fue que el antiguo propietario no había dado de baja su póliza y por tanto hasta que no lo hiciera no me podían hacer la mía. Algo surrealista. Un piso, una persona, un local, pueden tener dos seguros a la vez, pero una furgoneta no. A pesar de enviar el contrato de compraventa, mi carnet de conducir y la documentación del vehículo, la burocracia de la compañía de seguros obligaba a hacer el cambio de titular primero antes de asegurar. Y estábamos en Agosto con tráfico bajo mínimos.
Segundo problema: el cambio de titular.
Para el cambio de titular opté por una gestoría de Alicante que encontré por Internet. El chico me aseguró que en dos o tres días tendría los papeles. Le indiqué especialmente que modificara el uso del vehículo que estaba como de uso público ya que había sido furgoneta de reparto y que lo pasara a privado. Coste de todo 240 euros, incluyendo los honorarios de la gestoria, las tasas de tráfico y el impuesto de transmisión patrimonial (un tipo fijo de 140 euros al tener el vehículo más de 10 años).
Tres días después cuando fui a recoger la documentación ya a mi nombre la revisé y me dí cuenta de que seguía como de uso público. Tras indicárselo y escuchar que eso daba igual, me puse firme y le dije que aquello lo tenían que cambiar si o si.
Aquí podéis ver el uso del vehículo. Abajo a la izquierda. Apartado D.4. Pone claramente PUBLICO
Esto me lo comentó el antiguo dueño de la furgo. Me dijo que una vez le pararon y que no le multaron de milagro.
Los vehículos públicos necesitan tener un distintivo especial, y necesitan de un permiso específico (carnet de transporte, de conductor de ambulancias, etc). Aquí tenéis más información. Son fácilmente reconocibles por que llevan una A en laterales y parte trasera.
Ficha técnica ya corregida. Punto D.4. Uso Particular: Sin especificar.
Tercer problema: ¿Donde trabajar?
Aunque tengo un descampado a pocos metros de casa, no disponía de conexión eléctrica para la caladora y eso era un problema. Tirar un cable desde mi casa era inviable al tener que cruzar la calle. No quería arriesgarme a problemas con vecinos ni con la policía.
Lo que si que pude hacer en el descampado fue aislarla. Opté primero por desmontar los paneles laterales de la furgo. Las maderas estaban bastante tocadas y el interior tenía más mierda que el palo de un gallinero.
Luego rellené todos los huecos con lana de roca.
En un principio quise rellenar el techo también, pero luego vi que perdía demasiada altura y que no podría estar de pie en la furgo.
Lo malo de la lana de roca es que pica mucho en contacto con la piel. Encima de la capa de lana de roca puse plástico y luego madera como veremos en próximas entregas.
Elegí la lana de roca por ser un excelente aislante térmico y acústico. Y además es tremendamente económica. El paquete costaba menos de 30 euros y con él pude aislar toda la furgo y aún me sobró.
En la siguiente entrega veremos como construí los baúles…